Esteatosis hepática

¿Qué es la esteatosis hepática?
La esteatosis hepática o steatotic liver disease (SLD) en inglés, antes conocida como “enfermedad por hígado graso”, incluye una serie de afecciones en las que se acumula grasa dentro de los hepatocitos, las células que forman la mayor parte del hígado.
Esta acumulación no siempre está acompañada de lesiones hepáticas, ya que el hígado es un órgano con altas capacidades metabólicas y detoxificadoras. Sin embargo, el acúmulo de grasa en el hígado no es sano, y cuando esta se almacena en exceso —es decir, cuando más del cinco por ciento del tejido hepático contiene grasa— el órgano responde con mecanismos inflamatorios.
El amplio espectro de la esteatosis hepática
La esteatosis hepática incluye diversas enfermedades; en todas ellas se acumula grasa en el hígado, pero tienen causas y evoluciones clínicas distintas.
Cuando predominan factores metabólicos, como la obesidad, resistencia a la insulina, diabetes tipo 2 o enfermedad cardiovascular, la enfermedad recibe el nombre de esteatosis hepática metabólica o, en inglés, MASLD (metabolic dysfunction-associated steatotic liver disease). No está asociada al consumo de alcohol y se estima que afecta al menos al 30% de la población adulta.
Cuando la causa principal de la esteatosis es el consumo de alcohol, se utiliza el término esteatosis hepática asociada al consumo de alcohol, en inglés alcohol-related liver disease (ALD), y cuando ambos factores —metabólicos y alcohólicos— interactúan de manera relevante, se habla de esteatosis hepática por disfunción metabólica y alcohol, en inglés metabolic dysfunction and alcohol-related liver disease (MetALD).
Con el tiempo, la acumulación de grasa en el hígado puede avanzar hacia una forma inflamatoria más grave, conocida como esteatohepatitis metabólica o MASH (metabolic dysfunction-associated steatohepatitis). Cuando esto pasa, las células del hígado empiezan a dañarse y aumenta el riesgo de desarrollar fibrosis (cicatrices en el tejido hepático). Si el tejido cicatrizado reemplaza el tejido hepático y dificulta su funcionamiento, se habla de cirrosis. En fases avanzadas, también puede aumentar el riesgo de desarrollar cáncer de hígado.
Su impacto en la salud pública
La esteatosis hepática se considera una amenaza para la salud pública, no solo por su potencial para progresar a enfermedades como la cirrosis o el cáncer de hígado (especialmente en hepatocarcinoma celular, el tipo más común), sino también por su relación con patologías cardiovasculares y metabólicas, que incrementan las complicaciones asociadas y la morbimortalidad.
A nivel mundial, la enfermedad hepática crónica es responsable de más de casi 2 millones de muertes al año (teniendo en cuenta también las infecciones por hepatitis B y C), y una proporción importante de estas se atribuyen al cáncer de hígado.
La equidad en el manejo de la esteatosis hepática
Garantizar un abordaje equitativo de la enfermedad hepática implica reconocer que ciertos grupos presentan vulnerabilidades adicionales.
Un ejemplo son las personas que viven con VIH. Constituyen una población con un riesgo particularmente elevado debido a varios factores, entre ellos la activación inmunitaria crónica inducida por la infección, la mayor prevalencia de comorbilidades metabólicas —como la diabetes y la dislipidemia— y un envejecimiento acelerado que se observa con mayor frecuencia en esta población. A esto se suma que algunos antirretrovirales pueden modificar el metabolismo hepático y, en determinados casos, favorecer la acumulación de grasa en el hígado.
Diagnóstico de la esteatosis hepática
El diagnóstico de la esteatosis hepática combina la valoración clínica con pruebas analíticas y de imagen, que permiten detectar la presencia de grasa y el riesgo de fibrosis hepática sin necesidad de procedimientos invasivos.
Cuando se necesita confirmar la presencia de inflamación y fibrosis, la biopsia hepática sigue siendo la referencia, pero normalmente no es necesaria, reservando su uso para casos donde existe duda diagnóstica o se necesita tener certeza sobre el grado de daño presente en el hígado.
Tratamiento de la esteatosis hepática
El pilar fundamental del tratamiento es la modificación de los factores de riesgo que favorecen la acumulación de grasa en el hígado. El objetivo es reducir el estrés metabólico de este órgano, mejorar la sensibilidad a la insulina y detener la inflamación.
Se recomiendan dietas basadas en alimentos frescos, ricos en fibra y grasas saludables, como es el caso de la dieta mediterránea. Al mismo tiempo, podemos evitar alimentos ultraprocesados, que favorecen la acumulación de grasa en el hígado y empeoran la salud metabólica.
Cuando el alcohol es un factor importante en la enfermedad (como ocurre en ALD o MetALD), la recomendación es clara: disminuirlo de manera muy significativa o, idealmente, eliminarlo por completo. Pacientes que tienen esteatosis hepática metabólica con cicatrices (fibrosis significativa) también se pueden beneficiar de la abstinencia al alcohol.
La actividad física es otro pilar imprescindible. Tanto el ejercicio aeróbico como el entrenamiento de resistencia contribuyen a la reducción de la grasa hepática, incluso cuando no hay una pérdida de peso evidente.
El tratamiento farmacológico para la esteatosis hepática avanza: en EE.UU. ya están aprobados dos fármacos para MASH, el resmetirom (Rezdiffra) y la semaglutida (Wegovy). Sin embargo, en la Unión Europea por ahora, solo el resmetirom (Rezdiffra) ha recibido autorización para tratar la MASH con fibrosis. Estas opciones se suman a las intervenciones sobre el estilo de vida, que siguen siendo la base del tratamiento.
La importancia de la hepatología preventiva y la atención integrada
La hepatología preventiva busca frenar la carga de enfermedad hepática en la población actuando antes de que la enfermedad evolucione hacia fases inflamatorias o irreversibles. De esta manera, se centra en identificar los factores de riesgo y modificarlos.
La detección temprana y la intervención sobre los hábitos de vida no solo evitan la progresión del daño hepático, sino que pueden revertir la esteatosis hepática en muchos casos.
El manejo óptimo y multidisciplinar de la SLD se beneficia del enfoque de atención integrada, en el que profesionales de hepatología, medicina y enfermería de atención primaria, nutricionistas, especialistas en salud mental y especialistas en actividad física colaboran para abordar todos los determinantes de la enfermedad. Esto facilita la detección precoz de complicaciones y refuerza el seguimiento de las recomendaciones médicas por parte del paciente.
SEGUIR LEYENDO
CONTRAER
- La esteatosis hepática, una amenaza para la salud pública en Barcelona(ISGlobal, 2025)
- Eliminar el impacto de la hepatitis viral empieza por reconocer la salud del hígado como una prioridad global(ISGlobal, 2025)
- Vivir con diabetes. Trabajar por el cambio(ISGlobal, 2025)
- El impacto silencioso de las enfermedades hepáticas(ISGlobal, 2024)
- Primer evento paralelo sobre enfermedades hepáticas poco reconocidas celebrado durante la semana de la Asamblea General de las Naciones Unidas(ISGlobal, 2024)
- Expertos mundiales establecen una agenda global para hacer frente a la creciente carga de la esteatosis hepática(ISGlobal, 2023)
- Modelos integrales de cuidado para la enfermedad del hígado graso no alcohólico (NAFLD)(ISGlobal, 2021)
MATERIAL MULTIMEDIA



