Chikungunya

¿Qué es el chikungunya?

La fiebre chikungunya es una enfermedad causada por el virus chikungunya. Se transmite a través de la picadura de mosquitos infectados, y fue descrito por primera vez en 1952 en la República Unida de Tanzania. “Chikungunya”, que proviene de la lengua kimakonde (hablada en algunas regiones de Tanzania y Mozambique), significa «en postura retorcida«, y hace referencia a la forma en que las personas afectadas por la enfermedad tienden a encorvarse por el intenso dolor en las articulaciones.

El virus chikungunya es un virus de ARN, es decir, guarda su información genética en una molécula de ARN (ácido ribonucleico) en lugar de ADN (ácido desoxirribonucleico). Otros virus de ARN, como el Dengue y el Zika, pueden causar síntomas similares al chikungunya, lo que a veces dificulta su diagnóstico.

Transmisión

El virus chikungunya se transmite mediante mosquitos, principalmente por las especies Aedes aegypti o Aedes albopictus. Estos mosquitos, que suelen picar de día, ponen huevos donde haya agua estancada.

Un mosquito puede adquirir el virus al picar a una persona infectada. Una vez dentro del mosquito, el virus se replica (hace muchas copias de sí mismo) y, al picar a otra persona, el mosquito le transmite la infección. De esta manera, el ciclo de transmisión se perpetúa.

Situación epidemiológica del chikungunya en 2025

En los últimos años, y especialmente durante 2025, el chikungunya ha experimentado un resurgimiento en varias partes del mundo. Aunque históricamente estuvo limitado a África, donde aún circula en ciclos naturales entre primates y mosquitos, a día de hoy se ha registrado transmisión autóctona en 119 países y brotes recientes en regiones como las islas del océano Índico, China, Madagascar, Somalia, Kenia, India y algunos países europeos.

Las Américas concentran actualmente el mayor número de casos notificados, reflejando la amplia circulación del virus en un continente donde se estima que, junto con África y el sudeste asiático, se producen la mayoría de las 35 millones de infecciones anuales. Entre enero y septiembre de 2025 se reportaron más de 445.000 casos sospechosos y confirmados y 155 muertes, aunque la carga real podría ser mayor debido a la vigilancia limitada en varias regiones, incluida África. La expansión de los mosquitos Aedes, favorecida por el cambio climático, la urbanización acelerada y el incremento de los viajes, facilita que el virus llegue a zonas previamente no afectadas.

Síntomas

En los pacientes sintomáticos, la fiebre chikungunya suele manifestarse entre cuatro y ocho días después de la picadura del mosquito infectado. La enfermedad se distingue por la aparición repentina de fiebre, acompañada con frecuencia de intensos dolores en las articulaciones, que pueden ser incapacitantes. Aunque estos dolores suelen desaparecer en pocos días, en algunos casos pueden persistir durante semanas, meses o incluso años. Otros síntomas comunes incluyen dolor muscular y dolor de cabeza.

La mayoría de los pacientes se recupera por completo. Sin embargo, en ocasiones se han reportado complicaciones que afectan a los ojos, el corazón o el sistema nervioso. Los recién nacidos que se contagian durante el parto y los adultos mayores con enfermedades previas tienen un mayor riesgo de desarrollar formas graves de chikungunya. En estos casos, las complicaciones pueden ser más serias, aumentando el riesgo de muerte.

Diagnóstico

Para detectar el virus chikungunya, se puede analizar una muestra de sangre tomada durante la primera semana de la enfermedad. Una de las pruebas más utilizadas es la RT-PCR, una técnica molecular que permite detectar el material genético del virus y confirmar la infección de manera precisa.

Cuando la fiebre chikungunya está más avanzada, se puede diagnosticar detectando la presencia de anticuerpos contra el virus en la sangre.

Tratamiento

No se ha aprobado ningún tratamiento antiviral específico para el chikungunya. El enfoque terapéutico se centra en aliviar los síntomas, como la fiebre y el dolor articular, mediante analgésicos, antipiréticos, reposo e hidratación.

Prevención

La mejor manera de evitar la fiebre chikungunya es protegerse de las picaduras de mosquitos. Además, es fundamental proteger a los pacientes infectados de las picaduras de mosquitos durante la primera semana de la enfermedad, para cortar así el ciclo de transmisión. Se aconseja usar ropa que cubra la piel, aplicar repelentes recomendados y colocar mosquiteros en puertas y ventanas para evitar la entrada de insectos.

Para reducir la cantidad de mosquitos, es importante vaciar y limpiar recipientes con agua una vez por semana, tirar objetos que puedan acumular agua y colaborar con las campañas locales de control. En caso de brotes, se pueden usar insecticidas.

Actualmente se han desarrollado dos vacunas para el chikungunya.

En 2023, la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) aprobó Ixchiq, la primera vacuna para personas mayores de 18 años. La Comisión Europea autorizó su comercialización en 2024. Contiene el virus atenuado y se administra en una sola dosis. Aunque ha demostrado alta eficacia, su uso se ha restringido en adultos mayores (a partir de 60-65 años) debido a reportes de efectos adversos graves, especialmente en personas con afecciones subyacentes.

En enero de 2025, la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) recomendó la autorización de una segunda vacuna, Vimkunya, destinada a adolescentes a partir de 12 años y adultos. Esta vacuna utiliza partículas similares al virus (VLP) que imitan la estructura viral, lo que la hace más segura, especialmente para personas con sistemas inmunitarios comprometidos. También se administra en una sola dosis. Vimkunya fue aprobada en Estados Unidos en febrero de 2025 y está pendiente de la decisión final de la Comisión Europea para su comercialización en la Unión Europea.

Se recomienda considerar la vacunación antes de viajar a zonas donde el chikungunya es endémico o donde se estén registrando brotes activos. Aunque estas dos vacunas contra el chikungunya han obtenido la aprobación reglamentaria en algunos países, siguen sin estar disponibles para su uso generalizado y aún no son ampliamente accesibles en las regiones afectadas.

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FECHA DE ACTUALIZACIÓN: 09.12.2025

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