Antibiótico

¿Qué es un antibiótico?
Un antibiótico es un medicamento utilizado para tratar infecciones causadas por bacterias. Actúa erradicándolas o impidiendo su crecimiento, permitiendo que el sistema inmunológico las elimine más fácilmente. Los antibióticos no son eficaces contra virus, por lo que no sirven para tratar enfermedades como la gripe o el resfriado común.
Los antibióticos han sido fundamentales en la medicina moderna, permitiendo el tratamiento efectivo de infecciones que antes eran mortales. Además, gracias a ellos, hoy es posible realizar cirugías complejas, cesáreas y tratamientos contra enfermedades graves sin un alto riesgo de infecciones, por ejemplo, tratamiento de tumores con quimioterapia.
¿Fue la penicilina el primer antibiótico?
El científico británico Alexander Fleming ha pasado a la historia como el descubridor de los antibióticos. Fue en 1928, mientras investigaba bacterias en su laboratorio, cuando observó que una de sus placas había resultado contaminada por el hongo Penicillium y que este estaba matando las bacterias. Este hallazgo casual permitió el desarrollo del primer antibiótico usado en medicina, la penicilina, que en la década de 1940 trajo una revolución en la salud pública, permitiendo tratar infecciones graves y salvando millones de vidas.
Sin embargo, el primer medicamento con acción antibiótica no fue la penicilina, sino la arsfenamina, sintetizada en 1908 por Paul Ehrlich, tras un proceso de búsqueda de un tratamiento efectivo contra la sífilis.

Cómo actúan los antibióticos
Según su mecanismo de acción, existen dos grandes tipos de antibióticos:
- Bactericidas: Son aquellos que eliminan directamente las bacterias. Por ejemplo, la penicilina actúa impidiendo que las bacterias formen su pared celular, una estructura que les da forma y las protege. Sin esta pared, las bacterias se vuelven débiles y acaban destruyéndose.
- Bacteriostáticos: Son aquellos que detienen el crecimiento de las bacterias, de manera que el sistema inmunológico pueda acabar con ellas. Un ejemplo es la tetraciclina, que bloquea la producción de proteínas.
Cada antibiótico está diseñado para combatir determinados tipos de bacterias. Corresponde al personal médico elegir el tratamiento para cada infección. El uso responsable de los antibióticos es crucial para que sigan siendo eficaces en un futuro y evitar la resistencia antibiótica.
Resistencia a los antibióticos
Con el paso del tiempo, el uso inadecuado o excesivo de los antibióticos, así como su uso generalizado en la ganadería, ha llevado a un problema grave: la aparición de bacterias resistentes a los antimicrobianos, es decir, bacterias que han desarrollado mecanismos para sobrevivir a los antibióticos.
Actualmente, la resistencia a los antibióticos es un problema creciente y una de las principales amenazas para la salud, que se agrava con las dificultades para desarrollar nuevos antibióticos, ya sea por falta de financiación pública o por falta de interés económico de las grandes farmacéuticas.
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